La Embajada de México en el Perú organiza homenaje a José Luis Cuevas

• La Embajada de México en el Perú organizó un homenaje al Maestro José Luis Cuevas durante su visita a Lima.
• Cuevas protagonizó un conversatorio al lado del Maestro Fernando de Szyszlo, figura clave del abstraccionismo en América Latina.
• El conversatorio representó un momento de reflexión al legado pictórico y escultórico del Maestro Cuevas, quien participó en la Feria Internacional de Arte ART LIMA.

La Embajada de México en el Perú organizó un conversatorio en homenaje al célebre Maestro José Luis Cuevas el pasado 8 de abril de 2014, en la Sala de Conferencias del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). El artista plástico mexicano es considerado representante de la corriente neofigurativista, estuvo acompañado por el Maestro Fernando de Szyszlo, uno de los artistas plásticos abstraccionistas más importantes del mundo y del Perú. La reconocida crítica de arte argentina Élida Román fue la encargada de presentar y moderar la conversación entre los dos íconos del arte latinoamericano frente a una nutrida audiencia de amigos y admiradores del legado artístico del Maestro Cuevas.

Durante la plática, se recordaron momentos clave en la vida del Maestro Cuevas, muchos de los cuales compartió con el Maestro Szyszlo e incluso con Élida Román, quien se dedicó a rescatar de las memorias de sus interlocutores los momentos que impulsaron la carrera de Cuevas.

Los participantes en el conversatorio reseñaron el ambiente artístico que prevalecía en la época en que presentó Cuevas su primera exposición en Washington, D.C. en la Panamerican Union, así como anécdotas en torno a la presencia de Pablo Picasso en una de sus muestras en Nueva York. Rememoraron con cariño a la crítica de arte y escritora argentino-colombiana Marta Traba, quien difundió incansablemente las obras de ambos artistas en el mundo.

Cuevas y de Szyszlo discutieron la enfermedad, el deterioro de cuerpo humano y la locura como sus fuentes de inspiración y las diversas reacciones que provocaban sus obras en el público y los críticos de la época, además de la relación que guardó con los muralistas, siendo parte de la “generación de ruptura” que vio la necesidad de proponer nuevos conceptos en el campo artístico de ese período y ganándose el apodo de enfant terrible. Los más de cien asistentes se deleitaron con las narraciones de ambos Maestros que compartieron experiencias personales con su característico sentido del humor.

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